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08 octubre 2008


Matar por 80 pesos, morir por 80 pesos, relato del Asesinato de la compañera Sonia Colman


Artículo escrito por Antonio Espasa, viudo de Sonia Colman
Algunas veces sospechamos que la sociedad en la cual vivimos está enferma, pero sólo lo confirmamos cuando nos sucede algo que nos toca muy de cerca. EI 23 de diciembre pasado, el Sr. Diego Alderete estaba comprando una gaseosa en un kiosco de esos que tienen ventana hacia la vereda. Cuando saca su billetera para abonar, pasa un Fiat 147 con dos menores a bordo, uno de los cuales baja, le roba la billetera, sube al auto y ambos escapan. El Sr. Alderete salió co-rriendo hacia la casa de su padre al grito de "me roba-ron, me robaron". En ese momento a los Alderete (padre e hijo) se les ocurre salir a perseguir a los ladrones. Es así que salen a toda ve-locidad detrás de ellos cru-zando localidades y munici-pios (desde Los Polvorines a Del Viso) y avisando a la gente que encontraban en las veredas que llamen a la policía porque habían sido robados. En su camino se cruzaron con un patrullero al que también le informa-ron de lo sucedido y a los pocos minutos, varios móviles policiales comenzaron a perseguir a los ladrones de billetera. Pasan Del Viso por ruta 8 y retoman por el barrio La Loma, esta vez, hacia la estación. Al llegar a la esquina de Valentín Gómez y ruta 26, a esa hora atestada de gente realizando sus compras navideñas, los esperaba un patrullero de la Comisaría 3ra de Del Viso. Aquí es cuando nace una idea "brillante" de una afie-brada mente de un oficial de la bonaerense, que decide que la mejor manera de terminar la persecución de los ladrones de billetera es... matarlos. Baja de la patrulla, toma su escopeta ltaka cargada con munición de guerra, se agacha jala el gatillo y lanza un itakazo de ocho proyectiles, uno de los cuales le atraviesa el corazón a Sonia Colman, mi esposa, casados desde hacía 25 años, tres hijas, que habiendo dejado ya de trabajar como vendedora venía caminando por la vereda a 25 metros de distancia. El proyectil le queda incrustado en los pulmones y Sonia cae herida de muerte. El oficial Oscar Benítez, sin pensar siquiera adonde fueron los proyectiles, sube a la patrulla para seguir persiguiendo a los ladrones de billetera, los cuales ya habían sido reducidos a las pocas cuadras y sin ofrecer resistencia, ya que se encontraban desarmados. En breves instantes llegan más patrulleros y los señores Alderete. A Sonia la suben a una ambulancia le abren su riñonera, le roban su recaudación (cinco veces más que lo robado al Sr. Alderete) y la dejan ya sin vida en la morgue del Hospital de Pilar. La comisaría de Del Viso, al enterarse de la mujer baleada. Labra sus primeras actas escribiendo que hubo un enfrentamiento y que la policía repelió la agresión. A la fiscal de turno le avisaron tres horas tarde: cuando llegó la Dra. María Inés Domínguez de la fiscalía de Benavídez, en base a todas las evidencias y al relato de los testigos, determina fehacientemente, que hubo disparos sólo del lado policial, y caratula la causa como "homicidio culposo". ¿Cuál es la situación de cada uno de los participantes de este hecho hoy, a casi nueve meses? De los ladrones de billetera no sé, porque su causa marcha por separado en el Juzgado de Menores de San Isidro. Pero por el monto de lo robado, por estar desarmados y por ser menores... El Sr. Pablo Gómez todavía debe estar festejando haber nacido de nuevo, porque cuatro de los proyectiles lanzados por el oficial Oscar Benítez dieron en su auto (Renault Clío) que estaba parado en la fila del semáforo: uno en la puerta delantera lateral derecha, otro en el parabri-sas, un tercero en el guardabarros y el restante en el capó, salvando su vida por milagro. Todos los policías de la comi-saría, incluso los que mintie-ron por escrito en las actas y el comisario de aquel momento, sin ningún problema siguen estando al servicio de la comunidad. El teniente 1ro Oscar Benítez fue pasado a disponibilidad (suspendido) y se encuentra en libertad. El jefe de la Departamental de Pilar fue ascendido y llevado a otro destino. Sonia Colman: muerta, abier-ta por la autopsia y enterrada en el sector más humilde del humilde cementerio municipal de Presidente Derqui. Para terminar, ningún funcionario municipal se reunió con noso-tros o nos llamó por teléfono. Me olvidaba; el Sr. Diego Alderete recuperó su billetera con... 80 pesos.

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