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29 abril 2008


PRIMERO DE MAYO DÍA DE LUCHA DE LA CLASE OBRERA

Muchos periodistas, politólogos, “pensadores” y charlatanes de todo tipo se empeñan permanentemente en denominar al primero de mayo como “Día del trabajo”, o, en el mejor de los casos como “Día de los trabajadores” para quitarle el verdadero sentido a ese día. Pero en realidad ¿Qué se conmemora el primero de mayo y cual es su significado histórico?

Breve historia del primero de mayo
El 1° de mayo de 1886 unos 200.000 trabajadores iniciaron huelgas y movilizaciones en varias ciudades de los Estados Unidos reclamando de la jornada laboral de 8 hs. ya que hasta ese momento los patrones no tenían ningún límite para explotar a los trabajadores. Se trabajaban jornadas extenuantes de 12, 14, 18 y hasta 20 hs. de lunes a lunes. No existía el descanso dominical, ni las vacaciones, ni tampoco muchos de los derechos que poseemos hoy día.
Una de las fábricas en Conflicto era la Mc Cormik de Chicago que fabricaba maquinaria agrícola, y cuyos trabajadores se encontraban en huelga desde el 16 de febrero en reclamo de las ocho horas y contra la hora extra gratis que el patrón les hacía trabajar para la construcción de una iglesia en la zona.
Pese al conflicto, la patronal se las había ingeniado para mantener funcionando la empresa gracias a una plantilla de esquiroles (carneros o rompehuelgas), y a la guardia que había apostado en las entradas, que estaba compuesta por miembros de fuerzas de seguridad de vestidos de civil mezclados con elementos de la mafia local como “custodia de los bienes” para evitar que los huelguistas entraran y la tomaran.
El día 2 de mayo la policía de Chicago y esos “guardias” de la Mc Cormik habían reprimido violentamente una manifestación de más de 50.000 personas en la puerta de la empresa- El día 3 mientras se celebraba un acto frente las puertas de la compañía y mientras se encontraba hablando el anarquista August Spies sonó la sirena de salida, y los rompehuelgas al salir se encontraron frente con los manifestantes, cosa que desató en forma inevitable una batalla campal entre ambos grupos.
La policía comenzó entonces a disparar sin aviso alguno y a quemarropa sobre el bando de los huelguistas, hecho que dejó como saldo 6 muertos y varias decenas de heridos.
Ese mismo día, después de esos acontecimientos los trabajadores de la fábrica junto a los de muchas otras más que acudieron en solidaridad, decidieron convocar un gran acto y manifestación para el día siguiente en repudio de la represión.
Consiguieron un permiso del alcalde Harrison (algo similar a lo que Macri quiere imponer a los que manifiesten en la Ciudad de Buenos Aires) para hacer un acto a las 19.30 en el parque Haymarket.

La revuelta de Haymarket
El 4 de mayo entonces se concentraron en la plaza de Haymarket más de 20.000 personas que en un momento determinado comenzaron a recibir una intensa balacera de parte de policías que se encontraban estratégicamente ubicados en los techos de los edificios linderos. Un artefacto explosivo estalló entre los uniformados produciendo la muerte de uno de ellos e hiriendo a varios más.
El gobierno de EE. UU. en respuesta a esos acontecimientos declaró el estado de sitio y el toque de queda deteniendo a centenares de trabajadores que fueron golpeados y torturados, acusados del asesinato del policía.
Estos hechos represivos fueron apoyados por una campaña de prensa con citas como:
"Qué mejores sospechosos que la plana mayor de los anarquistas. ¡A la horca los brutos asesinos, rufianes rojos comunistas, monstruos sanguinarios, fabricantes de bombas, gentuza que no son otra cosa que el rezago de Europa que buscó nuestras costas para abusar de nuestra hospitalidad y desafiar a la autoridad de nuestra nación, y que en todos estos años no han hecho otra cosa que proclamar doctrinas sediciosas y peligrosas!"
El 21 de junio de 1886, se inició la causa contra 31 de los detenidos, que luego quedaron en 8. Las irregularidades en juicio fueron flagrantes, y se violaron en él todas las normas procesales de forma y de fondo, tanto que el juicio se quedó denominado para toda la historia como "juicio farsa". Los trabajadores juzgados fueron declarados culpables sin atenuantes.
Tres de ellos fueron condenados a prisión y cinco a la horca.

Condenados a prisión:

  • Samuel Fielden, inglés, 39 años, pastor metodista y obrero textil, condenado a cadena perpetua.
  • Oscar Neebe, estadounidense, 36 años, vendedor, condenado a 15 años de trabajos forzados.
  • Michael Swabb, alemán, 33 años, tipógrafo, condenado a cadena perpetua.
Condenados a muerir en la horca:
  • Georg Engel, alemán, 50 años, tipógrafo.
  • Adolf Fischer, alemán, 30 años, periodista.
  • Albert Parsons, estadounidense, 39 años, periodista.
  • Hessois Auguste Spies, alemán, 31 años, periodista.
  • Louis Linng, alemán, 22 años, carpintero para no ser ejecutado se suicidó en su propia celda.
Quienes fueron ejecutados el 11 de noviembre de 1.887

Últimas palabras de George Engel ante el tribunal que lo juzgó:
"¿En qué consiste mi crimen?: En que he trabajado por el establecimiento de un sistema social donde sea imposible que mientras unos amontonen millones, otros caen en la degradación y la miseria. Así como el agua y el aire son libres para todos, así la tierra y las invenciones de los hombres de ciencia deben ser utilizadas en beneficios de todos. Vuestras leyes están en oposición con las de la naturaleza y mediante ellas robáis a las masas el derecho a la vida, a la libertad y al bienestar"

Últimas palabras de Albert Spies en el cadalso
“…..Llegará una época en que nuestro silencio será más poderoso que las voces que ustedes estrangulan hoy”

Albert Parsons escribió en su última noche de vida la siguiente carta a sus hijos:
“Mientras les escribo estas palabras, borroneo vuestros nombres con mis lágrimas. Nunca más nos volveremos a ver. Queridos hijos, Papá los ama con un amor muy profundo. Demostramos nuestro amor viviendo para quienes amamos, pero también damos prueba de nuestro amor muriendo, si hace falta, por ellos. Por otros sabrán de mi vida y de las causas de mi muerte cruel y antinatural. Vuestro padre ofrece su propia vida como un autosacrificio en el altar de la Libertad y de la Felicidad. A ustedes les dejo el legado de un nombre honesto. Cuídenlo, emúlenlo. Sean auténticos con vosotros mismos, para no ser falsos con los demás. Sean aplicados, sobrios y alegres. ¡Vuestra madre! ella es la más grande y noble de las mujeres. Debéis amarla, honrarla y obedecerle. Mis hijos, mis preciosos hijos, les pido que lean este mensaje de despedida en cada aniversario de mi muerte, en recuerdo de quien no murió solo por vosotros, sino por los todos los niños que aun no nacieron. Los bendigo, mis queridos, hasta siempre. Vuestro padre. “

En 1.889 el primer Congreso de la “Segunda Internacional Socialista de los Trabajadores” reunido en París, y con representantes de todo el mundo votó por unanimidad que los trabajadores realizaran "una gran manifestación en fecha fija, de tal manera que simultáneamente en todos los países de la tierra y en todas las ciudades al mismo tiempo hicieran oír el reclamo. Ese día sería el día de la lucha no solo por las ocho sino por otros tantos derechos más votado anteriormente en Primera Internacional. Ese día de reclamo Internacional debería repetirse año tras año hasta que los gobiernos de todos los países reconocieran la jornada de oco horas como Leyes Nacionales".
La fecha escogida fue el 1º de mayo para que coincidiera con el día en que los sindicatos norteamericanos habían resuelto salir a la lucha por las 8 horas y que conmemoraba el inicio de la huelga que terminó con la condena y asesinato de los mártires de Chicago.
Las luchas de de los trabajadores alrededor del mundo por las ocho horas a partir de allí fueron de tal magnitud e intensidad que finalmente las patronales y los gobiernos del mundo quedaron contra las cuerdas. Esa gesta heroica dejó además miles de muertos, detenidos, y encarcelados, pero en casi todos los países se consiguió que los gobiernos reconocieran por ley la Jornada laboral de 8 hs. como límite para la explotación capitalista.

Así como las ocho horas, todas y cada una de las conquistas de los trabajadores (vacaciones, aguinaldo, prohibición del trabajo infantil, etc.) fueron conseguidas de la misma forma: Con la lucha. Pero esas conquistas siempre corren el riesgo de perderse pues los patrones y sus gobiernos están permanentemente al acecho y siempre dispuestos a imponer de excepción o “Flexibilización laboral”. A menos que esas conquistas sean defendidas con la lucha, irremediablemente terminan perdiéndose.
Esto ya era sabido por aquellos mártires de Chicago, por eso ellos no solo salían a luchar por las ocho horas, sino además, por un mundo en el que desaparezcan esos antagonismos y diferencias de clase. Por un mundo en el que no existan ni explotadores ni explotados, pues es la única garantía en el que se efectivicen las máximas aspiraciones de una vida plena feliz para todos los trabajadores.
¡Viva el Primero de mayo! ¡Vivan los mártires de Chicago! ¡Vivan las luchas de los trabajadores!

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